QUIZÁS INTERESE SABER:

                          COMO *SE* ... ¡¡¡LO QUE *SE*...!!!      (Parte 1)

Nací en 1946, cuando aún casi resonaban los sonidos de una guerra cruel, que solo dejó como saldo... decenas de miles de Personas muertas y, en todo lugar, solo destrucción, llantos inconsolables y dolor irreparable. Allí mismo, en ese lugar y, entre la pobreza de ese desolador saldo, aún con el olor impreso hoy en mí, como aquel, que deja la miseria extrema, fui formándome en el vientre de Mi Madre, hasta que finalmente nací, entre tanta negatividad.

SOLO UNA COSA ESTABA CLARA, ... TRABAJAR...TRABAJAR... Y...  ¡¡¡SIEMPRE TRABAJAR...!!!

LUCHAR PARA PODER COMER ALGO, DÍA TRAS DÍA Y DE SOL A SOL... 

¡¡¡INTENTAR SOBREVIVIR...!!! 

ASÍ APRENDÍ, LO QUE IMPLICA "VIVIR AQUÍ". 

Mi Padre, ... Con un pasaje que le envió mi Abuelo, aún sin nada para llevar, partió para ARGENTINA, ¡¡TIERRA BENDITA...!!

Llegó con los bolsillos flacos, vacíos, sin un peso para contar, así, como un árbol que se ha quedado sin hojas, pero con una valija repleta de ilusiones para brindar y, toda su juventud para entregar, más sus inmensos deseos de TRABAJAR, que completaban la gran valija de, ¡¡¡SU INCONTABLE FORTUNA...!!!!!!

Por esa razón y, porque trabajaba con pocas horas de descanso, solo lo justo para comer y, apenas dormir algo. Después de un año, gracias a esos grandes esfuerzos y privaciones, logró enviarnos los pasajes, para que, en el barco más económico y, en la ubicación donde viajaban los más pobres, viajáramos Mi Madre, Mi Abuela y yo.

Para no ocultar nada trascendente, deberé correr el riesgo de plasmar aquí, hasta lo que creo que "dudarán en creer", pero, si no lo hiciera, ocultaría quizás, hechos que sucedieron, más allá de lo que cada cual desee creer.

• Cuando nací, lo hice, recubierto en un tipo de membrana especial, casi piel, que según le dijeron las personas que la asistieron, de acuerdo a las costumbres y pocos recursos, de aquella época, El niño, iba a ser *Un Ser Especial* debían guardarla hasta mis 30 años, envoltura que efectivamente me dio Mi Madre, en una bolsita que, debería estar siempre conmigo. 

• También me confesó que, hasta antes de venir a ESTE PAÍS DE PROSPERIDAD, siendo yo, un bebé y, como Ella debía trabajar en el rastrojo cosechando maíz, me dejaba al principio del surco, así de cuando en cuando, podía mirar hacia mí y, ver si no había algún animal grande que pudiera hacerme daño, pero... un día, circunstancialmente, una Tía que pasó por ahí, vio como una víbora grande y de las venenosas, de las que abundaban allí, estaba justo por atacarme... rápidamente con una hoz, la pudo matar... quizás, si no hubiera llegado Ella, yo no estaría escribiendo esto... fue la primera vez que la muerte, se acercó peligrosamente a mí.

• Un tercer secreto, se atrevieron a contarme, ... a mis cuatro años, los niños amigos, aun los que tenían dos y hasta tres años más, no querían jugar conmigo, porque decían que, si jugábamos a las carreras, apenas salíamos, yo los pasaba, como si Ellos estuvieran parados y, ya estaba llegando a la meta, no entendían que pasaba, pero fuera lo que fuera, siempre ganaba en todo, por supuesto, no recuerdo nada de esos momentos, por tal motivo, cuando Cada Una, en momentos distintos, me lo contó, coincidieron en todo, de tal forma y con tanta emoción lo hacían que, su emoción me inundaba y hacía que me transportara allí, pero igualmente, mi incredulidad, de no querer caer en la soberbia o vanidad, hasta llegue a pensar, que lo habían inventado; pero, los hechos futuros que sucederían hasta hoy, hicieron que 
  CREA TOTALMENTE.

De esa manera, luego de un larguísimo e interminable viaje, donde estuve siempre enfermo y, donde debimos soportar hasta un hipotético hundimiento, ya que al final, se nos informó que, solo había sido un simulacro, con la conmoción y las miserias que produjeron tal situación, donde, también quedaron impresas en mí, las sensaciones de ese momento de horror indescriptible, allí aprendí en vivo y en directo, que, no existen eso de, primero los niños, ancianos y mujeres, era la ley de la selva, una estampida y, sálvese quien pueda...