CAMINO Y CONOCIMIENTO

APERTURA:
Es de aclarar, que, esta es la continuación de la (Parte 1-2-3-4-5-6-7-8 y 9), por lo tanto, quien desee entender bien, como se llega a esta instancia, deberá leer las anteriores, en este lugar de Facebook, en *El Grupo Conocimiento y Esperanza*, o, en mi página web: caminoyconocimiento.com.ar

Siendo muy honesto, manifiesto que, recién hoy, a mis 75, me doy cuenta que, una vez más, ése, mágico número, que orienta mi vida, como *tiempo especial*, se dio (de acuerdo a mi memoria), por primera vez, justo allí, unos meses después, de haber cumplido los 18 años, 1 + 8 = *9*, el número, que, marca indefectiblemente, el final de todos los números, para luego, pasar al *0*, antes, de cualquier otro comienzo, de cifras que, se irán sucediendo acumulativamente, si hablamos de años, o, acontecimientos vividos. Lo digo con tanta seguridad, porque, para mí, RESULTÓ *SER, EXACTAMENTE ASÍ*

Anticipo que, aquí, comienzan las partes más álgidas y totalmente programadas (como realidad subjetiva), pero, … totalmente mágica, y, en forma de rompecabezas, para la “escasa capacidad”, de mí, “muy común”, *cerebro humano*.

Debo hacer algún breve relato, no menor, a *ese momento*, ya que, fue, como un preludio, a lo que vendría, como les dije anteriormente, en el aspecto musical, seguía firme, creciendo y creciendo en actividad, casi continuamente, fin de semana, tras, fin de semana, a veces, viernes, sábado y domingo (ganaba muy buen dinero), eso sí, siempre solo, y, con mucho desgaste físico, pero a esa edad, creía que, eran, inagotables mis energías, ya que, rápidamente me recuperaba, sobre todo, por el estímulo, de las sumas de dinero, que podía aportar a mi Madre (cajera lógica de la familia), y, *Reina* absoluta, del ahorro y progreso. … Es así, que, en una de esas contrataciones, … un día, llega a la Coop.Agrop. donde trabajaba, un Señor, que tenía campo, y, por supuesto, era socio de la misma, pidió hablar conmigo, pensé mil cosas, pero, ante mi asombro, me solicitó, si tenía, fecha libre, para animar, la fiesta de 15 años de su hija, así, fue que, en ese acto, pude chequear mi agenda (que siempre llevaba en mi bolsillo), le informé que sí, agregó que, no importaba cuanto saliera, pero tenía *especialmente pedido*, que, debía contratarme a mí, … por supuesto acepté, luego de ponernos inmediatamente de acuerdo, sobre el valor, y, la duración. En realidad, para ubicar el contexto, respecto a lo dicho, deberé agregar que, en los meses que pasaron, desde que entré a trabajar en ese lugar (formado por propietarios de campos, de buena parte de la riqueza agrícola ganadera de Vdo.Tto.), me fui haciendo muy conocido, como músico, e inclusive, ya, había estado varias veces, animando las fiestas del campo “La Escondida”, donde se hallaban la mayor cantidad de socios de la Cooperativa Agrop., aclaro que, también intercalaba las animaciones musicales, algunas noches, con otros músicos, de ese mismo lugar (algunos de Ellos, muy buenos), pero, cada uno, sin lugar a dudas, teníamos, nuestra propia impronta, de acuerdo a *nuestro espíritu*, y, especial particularidad.

Al entrar aquí, en forma continua, seguirán, una, tras otra, las partes profundamente álgidas e increíbles, debo reiterar, lo *ya anunciado mucho tiempo antes*, en otras publicaciones previas, … por razones obvias, y, por no querer, en este, y otros relatos que se sucederán, sin solución de continuidad, *detallar puntualmente*, hechos cuasi mágicos, e inexplicables a simple vista, pero, *muy profundos*, y, que, seguramente, herirían a *Personas*, de, mi *Más Elevado Sentir y Afecto*, sobre todo, de origen sanguíneo, *primero, segundo y tercer grado*. … Por todo lo expuesto, si, detallaré, lo mejor que pueda, LOS HECHOS, sin desvirtuar *LA ESCENCIA*, del motivo, por el cual, se produce todo el contenido de *La Historia*, que, se desarrolla, en toda esta serie de publicaciones, que, seguramente, serán parte de *mi tercer*, y, creo, “último libro a editar”.

Como habíamos acordado, me fue a buscar El Padre, de quién cumplía, sus *15 años*, estaba, tan *feliz y orgulloso de su hija*, que, realmente, le brillaban los ojos, y, se notaba en su sana y vibrante energía, de hombre de campo, fuerte, abierto, sencillo y sincero, … con “el orgullo” indisimulado, que sentía, por ese acontecimiento, … se palpaba, como “si tuviera cuerpo”, a la vista de todos, y, que, en forma erguida, exhibía sin reserva alguna.

Así fue que, después de los saludos correspondientes, fotos, y, demás ceremonias conocidas, llegó, el momento de sentarnos a la mesa (aclaro que, algunos detalles, no poseen, un correlativo orden, tampoco contienen una realidad bien precisa, porque, no los recuerdo con claridad y, menos con exactitud).

Disfrutamos de las muy abundantes exquisiteces, que llenaban las mesa, con alegría, y canticos de, deseos de Felicidad, todo en completa armonía, llenos de un maravilloso deseo de festejar, como es lógico suponer, en estos acontecimientos, … todo así, hasta que, lógicamente, llegó el momento de la música, y, allí se terminó, mí relajamiento, y mi reserva de energía …

Llegó el momento de actuar… transformar al personaje común, en … *El Animador”, sintetizando, creo que, lo hice bien, porque, en los momentos de intervalos, hasta me invitaba a bailar, allí, se bailaba con la música de los discos, cabe destacar, que, en uno de esos momentos, recuerdo que, … *tomó mis manos con una fuerza especial*, que aún recuerdo, no entendía ni remotamente, en aquel entonces, que, iba a significar, en *mi vida futura*, *esa presión especial, que sentí en mis manos*, … lógicamente, fue en silencio (como si la música, hubiera dejado de escucharse), y, sin mediar palabra alguna, pero que, *marcaron lo que sería, sí, o sí*. … También, me invitó a almorzar al otro día, ya que, se reunirían con la familia más íntima, para volver, a estar juntos y consumir, la gran cantidad de alimentos que quedaban, … como era a las 12 h. del día domingo y, no tenía otra actividad, acepté, sin analizar demasiado.

El día domingo, no llevé el acordeón, porque no fui como músico, creo que, lo hacía como nuevo amigo, el almuerzo, estuvo colmado de anécdotas y recuerdos de la noche previa, fue muy ameno, alegre y divertido. Luego más tarde, salimos a pasear por el campo, hablando creo que, de mil cosas de jóvenes, pero realmente, no recuerdo, ningún detalle, que destacar.

Es de aclarar que, no era como músico, era, como “*Amigo*”, cuantas emociones, y, cuantas ilusiones, se agolpaban en mi cerebro, de solo imaginar que, además, quizás, me diría que, deseaba bailar, el primer vals, conmigo, antes que, con otros jóvenes… ¡¡¡*Ella y Yo*…!!! … no cabía en mí, rebalsaba de miedo, pero, a la vez, sentía una inmensa felicidad.

Sintetizando, pasaron los días, y, así llegó, *ese gran día*, que indefectiblemente…

La fiesta, se realizaba en el patio de su casa, y, así, como habíamos realizado mí cumpleaños, era con familiares muy íntimos, y amigos suyos, y, por ende, algunos que también conocía yo, de tanto ir actuando de cumple, en cumple. También, allí conocí muy de cerca (no sé, porqué, en forma especial, *así lo sentí*, “su vecino”, que, vivía en la casa, que estaba frente a la suya). … … … “Pequeño retroceso de tiempo, digno de destacar … recuerdo que, uno, o, dos días antes, había llevado ladrillos, con el camión de mi Padre, que me prestó, para llevar a la casa de *La Niña de mis sueños*, ya que, yo me había ofrecido, para evitarle, dicho gasto. Recuerdo que, en ese momento, vi, a “ese vecino”, parado frente a su casa, no recuerdo, si con un amigo, o solo, claro que, fue en forma casual, como si viera, a cualquier otra persona, pero, sí, … no pude evitar, por más que luché, por borrarlo, igualmente quedó, *grabado en mí mente*”. … … …

De esa manera, y, luego de presentarnos, y, pasar toda la ceremonia, de los eventos de ese *Momento Tan Especial*, e irrepetible para cada uno, llegamos a la cena, que compartimos con inigualable alegría, entre distintos cánticos, augurando felicidad y muchos logros en el futuro, todo, estaba impregnado de un exquisito perfume a juventud y esperanzas, unidas, por el florecer de sus vidas, propio en ese momento, donde se conjugan, la mezcla de energía incontenible y la fuerza plena, pujando por vencer, aún, la propia razón del equilibrio. Así transcurrieron los minutos y, llegó inexorablemente, … La Hora Fijada por ¡¡¡*EL DESTINO*…!!!

Fue allí, cuando, me escondí, detrás de todos los jóvenes que había, … nuevamente *ese terrible sentir*, enfrentado, entre “el miedo y la vergüenza” … *quería, ansiaba y, me aterraba*, la idea de estar delante de todos …

¡¡¡AHORA, QUIERO YO…!!! (Ni siquiera sé, si hago bien, o mal, en decirlo, pero estoy, llorando desconsoladamente, como un niño, no lo puedo evitar … después de 57 años, esa, también, *es mi verdad*).

Fue, como iniciar un vuelo, hacia alturas, imposibles de dimensionar, yo, flotaba en una nube, de ensueños y fantasías, de felicidad inimaginable, tal es así, que, si no las vives, no la conoces.

Pero, como todo vuelo o sueño, en algún momento, se termina, y, … ya vinieron otros jóvenes, que, la alejaron de mis brazos, y, siguieron danzando con *Ella*.

Más allá, de todo lo vivido, no tomé, ninguna bebida que contuviera alcohol, temía mucho, hacer alguna acción indebida, o, hablar algo incorrecto, por lo que, dejé que pasara la noche, y así, vi, como uno tras otro, casi todos, con algunas copas de más, se iban retirando, hasta que, quedamos, los Padres, su Hermano, un buen amigo de ambos, y, yo… comenzamos a tomar mate, hablando de la fiesta, y, esos momentos inolvidables.

Así, se hicieron, más de las cuatro o cinco de la mañana, y, decidimos que, era hora de despedirnos, entre besos y abrazos, llenos de alegría, aunque para mí, tenía un contenido especial de

Ese acontecimiento, irrepetible e inamovible, del lugar, que ocupa en ***MI BRILLO**, merece que lo haga, con, ¨*la magnitud de importancia* que tiene, más allá, de la extensión que lleve, en cantidad de lugar, que pudiere ocupar, y/o tiempo que demore, para la plasmación gráfica, en este lugar. … Solo anticiparé que, ocurre, en el viaje de regreso, de mi Amigo y yo … porque teníamos un trayecto como de más de 15 cuadras juntos, antes, de separar nuestros caminos, cada uno a su casa.

Felipe Di Benedetto

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